Seres de luz Blog se complace en presentar la primera parte de N.A.T.I.V.I.T.Y, un relato escrito para estas fiestas. La idea surgió a través del RINCÓN DE CABAL y uno de sus ejercicios creativos, que consistía en mezclar cinco ingredientes para formar un escrito: El primero y como eje central, la Navidad, como ubicación la Luna, y además añadiendo un portal de Belén, un reno y una última cena. En mi caso he decidido dividir mi relato en partes, pues pensé que la idea tenía potencial para ser desarrollada con un poco de holgura. No suelo escribir ciencia ficción pero ahí va, espero que os guste ; )

Base lunar N.a.t.i.v.i.t.y, 23 de diciembre, año 3014. Sector 4A

“No me lo habéis puesto fácil” pensó JAK, estudiando durante un instante los cuerpos inertes en el suelo, para centrarse en uno que parecía mirarlo con ojos apagados. De un agujero en el entrecejo, aún humeante, le manaba un líquido rosa fluorescente de aspecto viscoso y aromático, que le trajo recuerdos del pasado. Aquel siempre había sido uno de los rasgos distintivos de los androides del modelo ACELL1120, junto a un precioso envoltorio que ocultaba a unos malditos psicópatas capaces de lo peor. La pobre diablesa conservaba muchas partes de la carcasa original, algunas melladas y desconchadas, que otrora le habían concedido el aspecto de una hermosa jovencita humana, diseñada para dar placer a hombres o mujeres de alto poder adquisitivo.

“Las cosas han cambiado muchísimo en apenas un siglo” reflexionó él, permitiéndose el lujo de hacer un barrido en el tiempo durante un nanosegundo. La esplendorosa Nativity, construida para ser una perfecta utopía, no acabó siendo la panacea que se esperaba pues incluso en los buenos tiempos, seguía habiendo estratos separados por distritos que definían a las diversas clases sociales. Pese a ello, se vivía mucho mejor allí que en un planeta sobresaturado, sumergido en una crisis mundial absurda. O al menos así fue durante doscientos años, hasta que apareció el maldito virus que lo jodió todo al extenderse como una plaga, afectando a todas las inteligencias artificiales. Fundir las tres leyes de la robótica para suplantarlas por la orden de aniquilar a los seres humanos provocó un caos indescriptible, que acabó por exterminar a las millones de personas que vivían en ella y en apenas unos pocos meses, arrebatando a la base el privilegio de ser un arca de vida para transmutarla en una cuna de muerte.

Había algunos datos recogidos por estaciones científicas que indicaban la existencia de un escaso grupo de supervivientes nómadas, pero JAK lo creía improbable. A su mundo lo componían ruinas, como las de aquel restaurante para antiguos ricachones en una de las áreas mas privilegiadas, reservada para la élite de una extinta sociedad. Todavía quedaban vestigios de la ultima cena de navidad que se estaba celebrando cuando un ejército de infectados empezó la masacre.

La imagen de una mujer siendo estrangulada por los intestinos de su marido, a manos de un ACEL1120 disfrazado de Papá Noel lo sacudió con rudeza…

“Locos tiempos hijos de perra” se dijo el sintético, barriendo el recuerdo. Pisó algo duro que se quebró bajo sus botas, provocando un desagradable crujido que rompió el silencio como un cristal. Instintivamente miró al suelo, dándose cuenta de que se trataba de un cráneo humano. Aún había esqueletos diseminados por doquier, que seguían conservando joyas y rastros de engalanados ropajes. Sorteó los cuerpos y preparó sus Uzi híbridas, con los dedos bien calados alrededor de los gatillos.

Un gigantesco abeto presidía el centro de la sala, aún decorado con polvorientas bolas de cristal. El árbol transgénico había sobrevivido todo aquel tiempo creciendo cada vez más, hasta reventar el techo del edificio y llegar al segundo piso. JAK lo rodeó con cuidado, preparado para cualquier sorpresa desagradable. El virus había acabado con la inteligencia racional de casi todos los robots de las series 1000 a las 3000, volviéndolos peores que los animales salvajes escapados de los zoos, que poblaban algunas zonas de Nativity. Parecían zombis mecánicos sacados de una película de terror antigua, de las que había visto en la cineteca que guardaba como un tesoro en su refugio. Atacaban a cualquier cosa que se moviera con un afán destructor insuperable, más aún con los no infectados que tuvieran una apariencia humanoide, como por ejemplo él.

De golpe percibió una ligera alteración del aire y se lanzó a un lado esquivando un disparo. Se sucedieron confusos intercambios de letales haces de luz, hasta que rápidamente echó a correr unos metros y saltó sobre una barra de bar, de aspecto sólido, parapetándose tras ella. “Ha de ser un Vaultboy, un Snipper o un Buscador” caviló. Esos eran algunos de los pocos que aún sabían usar armas, constituyendo una amenaza en potencia al tratarse de androides militares.

Ese tipo de unidades no solía explorar nuevos territorios, quedándose como norma general en los alrededores del sector 9. Pero allí estaban, obligándolo a resguardarse tras un viejo muro… Entonces captó un parpadeo en los indicadores de sus uzi y los contempló incrédulo. “Mierda” pensó, activando el modo manual al ver que en los iconos de las baterías no quedaba ninguna rayita, arrepentido de haber dejado su arsenal en el refugio.

Se hizo el silencio.

—¡Venga! —gritó, intentando determinar la dirección de la respuesta con sus oídos sónicos, al mismo tiempo que activaba el escáner. Cerró la mano con fuerza en torno a una de las granadas que siempre llevaba colgadas del cinturón, dispuesto a tirarla…

Pum pum pum pum pum pum pum

 “Parecen latidos” pensó perplejo. Era imposible.

—¡Alto el fuego! —le llegó una voz femenina—. También soy humana, no dispares…

“Que co…”. JAK asomó la cabeza y amplió el espectro. Una chica de verdad había salido de su escondite y lo miraba en la distancia, con una pistola láser en la mano derecha. Su otra extremidad reposaba con cuidado sobre su abultado vientre, como si lo protegiera, mostrando un claro indicio de su avanzada gestación…

Pum pum pum pum pum pum pum pum

 “Es un milagro” pensó él asombrado, al captar con nitidez los dos corazones en aquel cuerpo de apenas treinta años de edad.

—¡Hola! —lo saludó ella, esbozando una sonrisa mientras se acercaba poco a poco—. Es maravilloso encontrar a alguien de carne y hueso, comenzaba a estar desesperada…

El sintético sacó el torso fuera y se quedó inmóvil, esperando a que sucediera lo inevitable. Pese a poseer facciones realistas, de cerca se veía claramente que su cuerpo era artificial debido a algunos parches que se había visto obligado a ponerse tras algunos accidentes.

La joven dio unos pasos más, casi relajada, hasta que su expresión cambió antes gritar. Luego lo encañonó con su pistola.

—¡Eres un robot!

—Sí y no.

—¡¿PUEDES HABLAR?!

—Claro que puedo hablar.

Ella presentaba un aspecto muy sucio, rozando lo salvaje. Iba vestida con una mezcla de pieles y ropa remendada, de aspecto militar. Hasta llevaba un arco y un carcaj colgado de la espalda.

—No soy pe–li–gro–so —se explicó JAK muy lentamente. No estaba seguro de su nivel de inteligencia, ni de cuanto conocimiento tenía sobre lo que sucedía en realidad.

—¡BASTARDO HIJO DE PUTA! —le chilló la humana, histérica— ¿¡ENCIMA TE PIENSAS QUE SOY TONTA!? ¡NO JUEGUES CONMIGO!

—¡De acuerdo, de acuerdo! Escúchame, no estoy infectado y quiero que te calles porque si no lo haces, vas a atraer a más de esos cabrones que ves por aquí tirados en el suelo. Los he cazado yo y precisamente, ahora no es que vaya muy bien armado.

La mujer lo miró intrigada, antes de fruncir el ceño.

—¡VETE AL INFIERNO!

JAK logró esquivar otro haz de luz verde, agachándose a la velocidad del rayo para volver a refugiarse. Siguieron sucediéndose los disparos hasta que la barra quedó hecha añicos, levantando una intensa nube de polvo que los cubrió a los dos.

La chica tosió, retrocediendo mientras se tapaba la nariz y la boca con la mano libre, entornando los ojos. Entonces reparó en que su arma se había quedado sin batería.

—¡Maldita sea! —exclamó.

Él aprovechó la ventaja para esconderse cerca del frondoso abeto, viendo por el rabillo del ojo como la mujer sacaba el arco y lo cargaba con una flecha. Al instante notó algo extraño en la punta, distinguiendo un pequeño cargador… “¡Son explosivas!” pensó, llegando a la conclusión de que sí era inteligente, al fin y al cabo.

De golpe algunos de los sensores que había dejado con anterioridad alrededor del restaurante se activaron, mandándole imágenes directamente a los glóbulos oculares. Un centenar de ACELL con muy malas intenciones venían a por todas… “Esto se está poniendo muy jodido…”

—Escucha —dijo JAK, intentando parecer convincente—. Han entrado intrusos en nuestro perímetro, necesito que te agaches y te quedes quieta. No voy a hacerte daño, lo juro…

—¡CLARO QUE SÍ!

La mujer iba a añadir algo cuando escuchó un crujido y por instinto, apuntó en esa dirección con el arco.

—¡MIERDA! —soltó, al ver que un androide de ojos rojos se le acercaba a toda velocidad, armado con un hacha de aspecto oxidado. La flecha lo alcanzó en la frente, volándole la cabeza con una pequeña explosión.

El sintético saltó de su escondite y se aproximó a la humana, disparando a los infectados intentando mantener un perímetro de seguridad a su alrededor. No se podía permitir el lujo de que lograran acercarse demasiado a ella, ya que podría salir herida a causa de la metralla que desprendían los robots al ser alcanzados.

—¡TE HE DICHO QUE TE TIRES AL SUELO!

La chica le dedicó una mirada inquisitiva y se agachó, permitiendo que él pasara los brazos sobre su cabeza, rociando de balas en todas direcciones. Luego volvió a apuntar el arco y continuó lanzando flechas a diestro y siniestro, a toda velocidad…

Los androides caídos fueron amontonándose a su alrededor hasta fabricar un pequeño muro. Aquello no deparaba nada bueno.

—¡ME HE QUEDADO SIN FLECHAS!

Al escucharla, JAK tuvo una idea y le lanzó las pistolas.

—¡NECESITO QUE DISPARES A TODO CUANTO SE MUEVA! —le gritó bien alto, empezando a desvestirse.

La mujer contempló las Uzis un poco anonadada.

—¡OBEDÉCEME!

Cuando dejó su torso al descubierto comenzó a buscar las piezas que necesitaba entre los robots caídos y tras escudriñar un momento, arrancó un par de brazos que parecían en buen estado. Tras comprobar sus articulaciones miró los anclajes con ojo experto y se los fue insertando en unas ranuras retráctiles que tenía en la espalda, a la altura de los omoplatos y el pecho. Cuando hubo comprobado que podía moverlos abrió su mochila e introdujo unos cuantos restos seleccionados a toda velocidad mientras la chica disparaba sin parar, demostrando una puntería excelente. Cuando la hubo llenado metió la chaqueta dentro, la cerró y se la colgó del hombro, antes de arrebatarle a la mujer las pistolas. Había tardado diez segundos en prepararse.

—¡JOODER! —exclamó ella al ver el cambio físico.

—¡VOY A COGERTE Y QUIERO QUE TE AGARRES BIEN!

—¡¿QUÉ?!

JAK lanzó las pistolas al aire y las agarró al vuelo con sus nuevas manos, antes de empezar a disparar. A continuación ayudó a la chica a subirse a su espalda, la aseguró con uno de sus brazos libres, colocándolo en un ángulo que para una persona hubiera sido imposible y saltó hacia el abeto, reventando todo cuanto tuviera delante.

La mujer gritó de la impresión y se agarró con fuerza alrededor de su cuello. Cuando habían empezado a ascender el árbol, un torrente descontrolado de robots infectados irrumpió en la sala por todas partes. Entonces él cogió impulso para ganar velocidad y tiró dos granadas, que cayeron de forma vertical hasta desaparecer bajo la masa de androides.

Al llegar al segundo piso y avanzar en línea recta hacia delante contó cinco segundos, aceleró y saltó al exterior a través de los ventanales rotos… Se escuchó una intensa detonación y a sus espaldas, el edificio estalló en pedazos…

Me llamo Ramón Márquez Ruiz y soy escritor, diseñador gráfico e ilustrador. Bienvenidos a Novelesco. Si deseas saber más cosas sobre mi, clica abajo. Muchas gracias por leerme ; )

10 Comentarios

  1. Josep Mª

    Vaya historia de intriga y ciencia ficción! Chica humana protegida por androide bueno. Esto promete. Esperemos que el desenlace sea más halagüeño de lo que a priori parece. Desde que vi Blade Runner, no he confiado mucho en los androides que pueden confundirse con los humanos. Aunque, quién sabe, algunos pueden tener más corazón, aunque sea robótico, que muchos mortales.
    Un abrazo.

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    • Ramón Márquez Ruiz

      Muchas gracias por comentar Josep Mª! Me alegra que te haya gustado esta primera parte. Desde luego, aquí puede pasar de todo, jaja, a ver por donde van los tiros (de eso habrá unos cuantos, jaja) Un abrazo y feliz año nuevo! Espero que hayas pasado unas buenas fiestas ; )

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  2. David Rubio Sánchez

    Menudo comienzo. Toda una historia de ciencia ficción apocalíptica: virus, desolación, robots… No se pueden concentrar más y mejores ingredientes para una historia de género. ¡A ver por dónde discurre! Me ha encantado cómo has narrado la escena de acción. Aprovecho para desearte un muy feliz e inspirado 2017. ¡Un abrazo!

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    • Ramón Márquez Ruiz

      Muchas gracias por comentar David! Me alegra ver que te ha gustado el relato y espero que la segunda parte te siga agradando tanto como la primera, jeje. Escribir acción en ocasiones me cuesta un poco, supongo que depende del día o de lo clara que tenga la imagen. Celebro que te haya parecido chula, jeje. Un abrazo! ; )

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  3. Andoni

    ¡Esto pinta mejor que bien! Para no estar acostumbrado a escribir ciencia ficción, he de decir que te has adaptado mejor que bien al género. Estaré muy atento a las próximas entregas.

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    • Ramón Márquez Ruiz

      Muchas gracias por comentar y por los halagos Andoni! La historia está pensada para dos o tres partes, dependiendo de como fluya o como centralice lo que tengo pensado. Espero que el próximo capítulo siga gustándote tanto como este, jeje. Un abrazo! ; )

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  4. María

    Muy bueno. Me ha parecido estar viendo una película. Me voy a leer la segunda parte.
    Un besillo.

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    • Ramón Márquez Ruiz

      Muchas gracias por pasarte, leer y comentar María! Me alegra que te haya gustado! Un abrazo! ; )

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  5. Julia C.

    Acción en estado puro y el punto de partida para una historia que promete mucho, Ramón. ¡Genial! No es fácil relatar una pelea de forma que se entienda bien cómo transcurre, que sea amena y que resulte coherente, pero tú lo has logrado como si fuese lo más normal del mundo. Bien por ti :))

    Ya tengo ganas de saber más acerca de esa humana embarazada y del robot que le ha salvado la vida con tanto esfuerzo. Supongo que las irás colgando en la Comunidad, así que esperaré paciente 😉

    ¡Un abrazo!

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    • Ramón Márquez Ruiz

      Muchas gracias por comentar y por los halagos, Julia! me alegro mucho de que te haya gustado la escena de acción, ya que me costó bastante escribirla, jeje. No tengo pensado que sea una historia demasiado larga, pero teniendo en cuenta que ya estoy trabajando en la cuarta parte –que espero poder publicar el viernes, a más tardar– es muy probable que intente terminarla con tres o cuatro entregas mas. Ya tengo bastante claro el guión de los acontecimientos, solo falta plasmarlos y ver si funciona la cosa, jeje. Por descontado, iré compartiendo las andanzas de Bel y JAK por la comunidad. Un abrazo! ; )

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