Hasta hace poco tuve una etapa de bloqueo lector. Intentaba devorar cualquier libro como hacía antes y me era imposible. Curiosamente también me sucedía al escribir, aunque he de reconocerlo, me forzaba muchísimo más cuando la cosa se trataba de crear mis propias historias.

Por fortuna llevo unos meses leyendo bastante y he decidido que este 2019 voy a desempolvar y quitar las telarañas de la sección de reseñas. Me parece una manera genial de intentar afianzar ese hábito sano que echaba tanto de menos. Y quizá, de forzarme a escribir algo que me cuesta horrores, logrando que salga un poco de mis zonas de confort.

Así que demos comienzo a la nueva ronda reseñil —término sacado de la chistera cual conejo blanco— con una novela fantástica, “La sociedad de la libélula”, de Ana González Duque. Pero antes de meterme en materia me gustaría poneros en contexto y presentaros un poco a su autora.

Ana es una mujer polivalente y todoterreno. También es doctora, anestesista en especial. Este dato tiene mucha importancia ya que inspiró la novela que nos ocupa hoy, pero vayamos por partes. Cuando estaba trabajando de médico escribió su primera novela, “El blog de la doctora Jomeini”, que tuvo gran acogida de público. Esta historia narra las aventuras y desventuras de una joven doctora que se muda a Madrid desde Gran Canaria, para dar comienzo a su vida laboral.

Publicar abrió los ojos de Ana, que se había dado cuenta de que su auténtica pasión era escribir e intentar vivir de las letras. Así dio comenzó un nuevo camino de conocimiento que la ha llevado, después de mucho tiempo, dedicación y esfuerzo, a ser una referencia en el ámbito del márquetin digital pensado para escritores. Tanto es así que tiene Molpe, su propia plataforma de cursos online que engloba muchos aspectos interesantes y conocimientos para los escritores emprendedores. Además cuenta con una fantástica red de colaboradores. Yo he tenido el honor de ser uno de sus profesores en un curso de iniciación al podcasting y me encantaría continuar en su plataforma.

Ana ha publicado varios libros de no ficción como “El escritor emprendedor” y “Como escribir fantasía”, este último dedicado a dar pautas y consejos para que puedas crear tu novela fantástica sin morir en el intento. Pero además, vuelvo a recalcar que también escribe ficción, sintiendo especial interés en la literatura juvenil. En su haber tiene ya en el mercado la bilogía de “Leyendas de la tierra límite”, de corte fantástico. Y su última creación, “La sociedad de la libélula”, la historia de la que os voy a hablar a continuación.

Una vez hechas las presentaciones, vayamos a ello.

Isabel es una joven e insegura escritora con mucho talento. Su vida da un giro radical cuando pasa las pruebas de selección de “La sociedad de la libélula”, la mayor editorial de fantasía del país. Una vez dentro conoce a Melchor Malatar, su enigmático editor jefe, y su particular modo de trabajar. Pues resulta que es el inventor del traslador, una extraña máquina que permite a los escritores vivir sus propias historias desde dentro, mientras la escribe por ellos. Pero no todo es lo que parece y pronto, Isabel descubrirá que la realidad siempre puede ser laberíntica y compleja. Ya que al conectarse al artilugio acaba en Anisoptera,  un mundo helado y agónico que fallece bajo el frío y la nieve, poblado de extrañas criaturas. Un mundo que ella jamás había imaginado. Por si esto fuera poco la desparición de un famoso novelista y un asesinato conjugarán una trama llena de misterios que tendrá que resolver. ¿Que se oculta tras las puertas de la editorial?

Tuve la suerte de poder asistir a la presentación de “La sociedad de la libélula” en Barcelona y Ana contó cosas muy interesantes. Como por ejemplo el ejercicio del que surgió la novela. Fue escrita mediante sesiones de coaching con Gabriella Cambell y Jose Antonio Cotrina, dos autores que son carne de cañón para esta sección, pues le tengo muchas ganas a su obra conjunta, “Crónicas del fin”.

Y la autora tuvo la inspiración para escribirla —o en especial, idear el traslador— de cuando trabajaba como anestesista. Porque… ¿A dónde nos vamos cuando dormimos? Esa pregunta siempre había navegado en la cabeza de la autora, dándole la idea en la que se basa parte del argumento de la obra.

Otra elemento a destacar es el Worldbuilding de la novela. Está muy trabajado, dotando a la lectura de una dimensión extra que se percibe desde las primeras páginas. Anisoptera es un mundo único en el que Ana no ha dejado nada al azar. Todo ha sido estudiado con cuidado para dotarlo de vida, creando un lugar carismático con sus propias leyes naturales y evolutivas.

La trama está estructurada como un puzzle cuyas piezas van encajando a lo largo de la narración, contada desde los puntos de vista de cuatro personajes. Los capítulos no son muy extensos e intercalan la acción entre Anisoptera y la Madrid del mundo “real”, con un ritmo que va in crescendo, repleto de misterios y giros.

“La sociedad de la libélula” es una lectura amena que me atrapó desde la primera descripción, logrando que sin darme cuenta, en cada sesión de lectura me leyera cuatro, cinco o seis capítulos del tirón. Yo soy de los que prefieren leer por las noches en la cama. Para mí es un ritual, dejar marchar el día de una forma perfecta. Y ya supondréis que mientras me duró el libro no me dormía muy pronto, que digamos.

En definitiva, podría tirarme mucho rato hablando de esta fantástica obra. Pero quizá prefiero que la descubráis por vosotros mismos. Lo último que voy a comentar antes de dejaros trata sobre el maravilloso diseño de la cubierta. Yo también soy ilustrador, por lo que valoro mucho ese tipo de cosas. Y Libertad Delgado tiene un recorrido espléndido en el mundo del diseño editorial, por no mencionar que ya hay muchas portadas en su portfolio. Os recomiendo que busquéis su trabajo.

¡Nos vemos la semana que viene! 

Me llamo Ramón Márquez Ruiz y soy escritor, diseñador gráfico e ilustrador. Bienvenidos a Novelesco. Si deseas saber más cosas sobre mi, clica abajo. Muchas gracias por leerme ; )

2 Comentarios

  1. Josep Mª

    Me ha gustado mucho esta reseña y me complace que hayas recurrido a este ejercicio. Posiblemente hayas realizado alguna otra en el pasado, pero, de ser así, no he tenido ocasión de leerlas, pues te he conocido como escritor de relatos de fantasía.
    El argumento de La Sociedad de la Libélula es realmente interesante, pues parece mezclar la fantasía pura con el suspense. Por lo tanto, tomo nota de esta obra, aunque mi gran problema es que soy un lector muy lento y se me acumulan las lecturas de una forma casi indigerible. Y cuantos más blogs de reseñas literarias leo, más se agudiza el problema, jajaja.
    Un abrazo.

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    • Ramón Márquez

      ¡Muchas gracias por comentar Josep Mª! Es muy normal lo que comentas, jeje, a todos nos ha pasado. Yo ya tengo unas cuantas lecturas recientes a mi espalda, para ir elaborando la sección con calma. La próxima reseña será de una autora que descubrí el año pasado y que inauguró el hábito de acudir cuando pueda —y me interese el libro— a las presentaciones en Barcelona. Ya tengo unos cuantos ejemplares firmados y la verdad es que me gusta, jeje. En cuanto a la novela que nos ocupa hoy te la recomiendo mucho, te la lees casi sin darte cuenta. ¡Un fuerte abrazo! ; )

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