Como este fin de semana se han juntado dos festividades al mismo tiempo una coincidencia que se da cada cierto tiempo en Novelesco nos hemos querido informar un poco sobre el origen de ambas. Así que comencemos por la que más nos gusta, la reina de las máscaras y las fiestas desenfrenadas o no ; )

¿Cuántas veces os habéis disfrazado para estas fechas a lo largo de vuestra vida? Si eres la clase de persona que no disfruta con ello, no pasa nada. Pero estoy seguro que como mínimo en la época del colegio sí que cediste ante los impulsos de esta festividad, cuyos orígenes posiblemente se remonten a 5.000 años atrás. ¿Tan antigua? Puede que se pregunten algunos. Y la respuesta seguirá siendo la misma. SI.

El carnaval nace de una fiesta pagana. Este término surge del latín “paganus”, que significa “rústico” o “habitante del campo”, y apareció por primera vez en inscripciones cristianas de principios del siglo IV, para designar y diferenciar a los que seguían creyendo en Dioses externos a la fe cristiana y judía por rechazo hacia la misma o por desconocimiento.

¿Por qué explico esto? Considero que no va mal saber un poco de todo. Y nos viene de perlas para ahondar en el tema. Se cree que el Carnaval puede haber surgido de varias fiestas antiguas, por lo que voy a citar algunas:

 

  • Las que se celebraban en honor de Baco/Dioniso, Dios del vino Greco/romano. 

 

  • Las romanas Saturnales, en honor a Saturno. Los festejos solían celebrarse del 17 al 23 de diciembre, en honor al fin del periodo más oscuro del año y el comienzo de uno nuevo de luz, el 25 de diciembre, en el que el sol coincide con capricornio (el solsticio de invierno). Siempre daban el pistoletazo de salida con un sacrificio en honor a la deidad, para continuar con banquetes en los que se daban regalos los unos a los otros y en los que se permitía un ambiente festivo y desenfadado, con disfraces y máscaras, alejado de los convencionalismos sociales. Si nos ponemos a pensar, las Saturnales también coinciden bastante con Navidad, ¿verdad? ; )

 

  • Hay historiadores que también sugieren que sus origines se remontan a Sumeria y el antiguo Egipto –hace más de 5.000 años–, cuyas celebraciones se parecían mucho a las del imperio romano. Y es más que plausible que éstos conquistadores las trajeran a Europa.

Cuando el cristianismo fue expandiéndose, el Carnaval ganó renombre. Antiguamente duraba tres días y consistía en un pequeño desfase antes de la cuaresma. Mientras transcurrieran los festejos se permitía casi todo, tirando por la borda algunas normas/convencionalismos sociales. Y ese es uno de los principales motivos de que aparecieran los disfraces/máscaras/etc, ya que la gente deseaba ocultar su identidad real para dar más… rienda suelta a sus instintos ; )

Considero que no hace falta añadir nada más sobre esta fiesta que tanto nos gusta. Así que ahora hablaremos de la que nos queda.

Ésta celebración suele celebrarse principalmente en países anglosajones, aunque se ha extendido por todo el mundo. Y su origen se remonta al lejano imperio romano.

A mi personalmente me ha sorprendido descubrir que había algo de historia, ya que daba por hecho que se trataba de una invención de la época actual para desarrollar el consumismo comercial y masivo, como sucede con otras festividades de mayor calado.

No obstante me ha encantado darme cuenta de mi error. Así que vayamos al tema que nos interesa, explicando lo que se “sabe” sobre este santo en particular.

San Valentín era un sacerdote que ejercía en Roma, más o menos en el siglo III después de Cristo. Por aquel entonces gobernaba el emperador Claudio II, que decidió prohibir el matrimonio entre los jóvenes. Según él, un hombre soltero era un mejor soldado al no tener ataduras con nada ni con nadie.

Valentín vio este decreto como algo injusto y decidió desafiar al emperador. ¿Cómo? Pues celebrando en secreto las bodas de jóvenes enamorados, y supongo que de ahí viene que sea el santo (y la festividad/día en sí mismo) asociado al amor.

Pero la historia no se detiene aquí. Resulta que Claudio II acabó enterándose de lo que hacía el sacerdote en la clandestinidad; y como éste gozaba de una fuerte popularidad y repercusión en Roma, decidió ser cauto y llamarlo a palacio. Valentín acudió al llamamiento, preparado para promover el cristianismo, logrando ir capturando la curiosidad del emperador, que lo escuchó con suma atención. A pesar de haber conseguido despertar su interés, el ejercito y un gobernador llamado Calpurnio interfirieron en contra del cristiano, logrando que Claudio II dejara de prestar atención a las palabras del sacerdote, incluso quitándole de la cabeza cualquier idea que el pobre hombre hubiera conseguido implantar en su mente sobre esa nueva fe.

Entonces el emperador mandó encarcelar a Valentín. Y una vez en prisión, el oficial Asterius el encargado de ejecutar el arresto— decidió reírse de él. Ni corto ni perezoso retó al cristiano a que retornara la vista a una de sus hijas llamada Júlia, que nació siendo ciega. Y en ese momento Valentín obró un milagro por la gracia de Dios, consiguiendo que la pobre muchacha, para sorpresa de Asterius, recuperara la visión. Ese mágico acontecimiento caló hondo en el oficial, dejándolo tan impactado y feliz que tanto él como toda su familia acabaron por convertirse al cristianismo.

Aunque eso no libró al sacerdote del cadalso, pues Claudio II, que era un emperador débil de carácter, finalmente mandó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de febrero del año 270.

La leyenda cuenta que la joven Júlia plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba, en señal del más puro agradecimiento por lo que el sacerdote había hecho por ella. Y por ese motivo el Almendro es el símbolo del amor y de la amistad duradera.

Como veis la historia tiene su punto y me ha parecido curiosa. Pero… El día de San Valentín sigue resultándome una fecha comercial a más no poder, sobre explotada hasta el infinito como sucede con otras festividades populares.

Ahora me gustaría añadir un dato curioso. Se tiene constancia de la primera incursión comercial de la festividad. En Angloamérica, en el año 1842, Esther A. Howland comercializó de forma masiva las primeras tarjetas postales con símbolos como los corazones o Cupido y sus flechas. Estas postales eran conocidas como “Valentines”.

Me llamo Ramón Márquez Ruiz y soy escritor, diseñador gráfico e ilustrador. Bienvenidos a Novelesco. Si deseas saber más cosas sobre mi, clica abajo. Muchas gracias por leerme ; )

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